Una amiga, me ha enviado unas fotos de una marea embravecida, con enormes olas, que todo arrasaban.
Eran espectaculares, te dejaban maravillado y embobado.
Era la naturaleza, queriendo recuperar el terreno, que el hombre le había quitado.
Y de repente comprendí, que pequeños y diminutos somos los humanos.
Nos creemos fuertes e inteligentes, y luego viene una ola y se nos lo lleva todo.
Por eso creo que hemos de valorar todo los días lo que tenemos, pero no pensando que somos fuertes e inteligentes, y que todo lo nuestro es nuestro, sino con humildad, sabiendo que cualquier día viene una ola, y se nos lleva lo logrado.
Estel 6-Junio-2006