En la plaza te vi
Y al mirarte, prendada
Quedé de ti
También tus ojos me seguían
Y ya no pudimos, casi ni decir
¡¡Hola!! ¿Cómo te llamas?
Quien dice, que no existe cupido
Si la flecha que en mi pecho se clavó
No podía venir, de otro lugar
Tu cara me sonreía
Y yo no sé lo que hacía
Hablaba sin parar
Cosas que no iban más allá
Solo sé, que tú me mirabas
Y que con los ojos me acariciabas
No necesitaba tus palabras
Pues todo lo decía tu mirada
Pero con los nervios
Se nos olvidó
Pedirnos el móvil, y al despedirnos
Un adiós, fue nuestra última palabra.
Ahora, sentada estoy en la plaza
Buscando tu mirada
Pero el tren pasó
Y tú, ya no estabas