Esta es una historia de dos pajaritos. Dos pajaritos unidos por una fuerte pasión.

 Ella, le dice a él: -Querido amigo, cógete de mi ala, que hoy te voy a enseñar, las maravillas que tu nunca podrías imaginar, pues en un lugar no muy lejano veras lo que es impresionante, y precioso. Y él, le mira con ojos embelesados  y le contesta  – amada mía, todo lo que junto a ti pueda yo descubrir, será lo mas superior. Y mirándose los dos, ya sin hablar, porque los dos comprenden que piensan lo mismo y no hace falta decir más,(los dos saben que hagan lo hagan vayan donde vayan, cualquier cosa que hagan, mientras estén juntos, será algo muy especial, y serán felices.)

 Juntan las alas, como dándose un brazo, y empiezan a volar, van cogiendo altura, pero sin prisas, tienen todo el tiempo por delante, pues ella, ha hecho un hechizo, y ha conseguido que la luna, se quede quieta, y que este momento, dure mucho………………y así volando, cogidos del ala, es como si estuvieran bailando, al compás que les trae el viento, bellas melodías que les hace suspirar. La calma, la tranquilidad, que se respira, les hace ser súper felices………, mientras vuelan, mientras bailan, se van mirando de reojo, y con el resplandor de la luna, todo es perfecto.

 Llegan a una cala toda plateada, por la luz, tan divina que la luna les proporciona. El mar es como un susurro, las olas vienen y van, con ese vaivén tan controlado,

el mar esta divino, el mar esta calmado, como si fuera un gran lago, y todo parece suspendido en el tiempo, las rocas del acantilado, como si fueran guardias, preparados para defender, que nadie invada, este lugar tan intimo. Ella quiere bañarse, y él, la acompaña. ……………..

 Se meten dentro del agua, esta tibia, agradable, y ella que es muy juguetona, empieza a salpicarle alegremente, este la coge, por la oreja, y le hace cosquillitas, y ella se ríe, con risa cristalina. Y entre vuelos y saltos, parece que caminen sobre el agua, él la sigue y la persigue, riendo, jugando, y los dos se expulsan el agua del plumaje, haciendo que una lluvia de agua se desplace.

 El, le pide que descanse junto a él, en la arena, Ella le sigue y  en un rincón, han encontrado una manta, con un picnic, preparado, (Ella, lo sabía, ya lo había preparado, pero no se lo digáis a El), y ella le dice, parece que alguien nos lo haya preparado.

 Tenían, encendidas una velas, y música suave, cava, en dos copas, y fresas. Ella coge en el pico una fresa, y se la ofrece a él, este se la queda mirando, y poquito a poquito, como si tuviera vergüenza la va mordisqueando, hasta que los dos picos se juntan, y mirándose a los ojos, se dan un beso, profundo sin prisas, pero sin pausas, saboreando tan buen manjar, y sin descansar, pues nunca se sabe, cuando existirá, otra oportunidad.

 Ella se siente transportar hasta las nubes, pues es precioso lo que siente, de pronto se cogen alas con alas, y se ponen a bailar, una melodía suave, y se van juntando, sin dejar ni un milímetro de espacio entre los dos, ella apoya su cabeza, en el hombro de él, y este la abraza de tal manera, que ella se sabe querida, amada, deseada. Se vuelven a juntar los picos, pero ahora con pasión, necesitan uno el pico del otro, necesitan saberse que los dos son uno.

 Y de esa manera, empiezan a acariciarse, uno al otro, que maravilla, que sensación, entonces Ella le pide a él,-hazme tuya, pues es tanto mi deseo, que no puedo mas que pensar en que me poseas, él la coge, la acaricia, y justo en el momento que ella mas lo desea, la penetra, los dos, al ritmo de la música, al compás de las olas, dos cuerpos con un solo ritmo, dos cuerpos unidos en una sola pasión, se dejan llevar, por esa sensación tan fascinante, por esa loca pasión, y suben y vuelan con la imaginación, hasta que  los dos a la vez, llegan a lo más alto, a la culminación de tanta excitación,  y una lluvia de estrellas los alcanza, y es tan fuerte su explosión como si un millón de fuegos artificiales los acompaña, se abrazan fuerte, y se dejan caer uno dentro del otro. Y poco a poco, tienen el placer de saber que han sido dos en uno.

 Ya cansados, ella se apoya en el hombro de él, y él se relaja, se quedan dormidos, al son de las olas.

Luego cuando se despiertan se sienten felices, y deciden volver volando, uno mirando al otro, con la paz de los deseos consumados, y sabiendo que no tardarán en volver a quitar horas al tiempo, para conseguir su momento dorado.

Estel ….. 25 Mayo 2007